La fusión danza árabe flamenco es, el fruto
de la investigación del origen del flamenco, el descubrimiento de que ambas
danza disponen de un común denominador respecto a pasos, estructuras,
elementos, sentimientos, expresiones...
La cultura árabe islámica se mezcló con la cultura latina en el
sur de la península Ibérica, dando lugar a una cultura rica y única, la cultura
andalusí.
Fueron los árabes quienes enseñaron a los andaluces el arte de
la música y a tocar en introducir instrumentos orientales, como entre otros la
famosa guitarra española.
Del mismo modo que influyeron en los nuevos géneros que iban
apareciendo, como la moaxaja, el zéjel o las jarchas, que algunos les han
encontrado parecido con las coplas flamencas. Así como en la etimología de
algunos de los palos del flamenco, como 'fandangos' o del propio vocablo
Flamenco que viene del árabe 'fellah mengu' y cuya traducción significa
labrador huido.
Los moriscos eran hombres de campo y soportaban gran parte de la
agricultura en España durante los reinados de los reinados de Felipe II y
Felipe III. Después del decreto de expulsión promulgado por Felipe III en el
1609 los 'fellah mengu' que quedaron en la península, permanecieron escondidos
clandestinamente con los gitanos, con los que convivieron e intercambiaron sus
culturas, naciendo así el Flamenco como una fusión de ambas culturas la Gitana
y la Árabe.
Grandes historiadores y estudiosos del Flamenco reconocen y
afirman que un nuevo pueblo, el gitano, llegado a final del siglo XV, forjará
los primitivos cantes flamencos, integrando en ellos aquellas diversas
tradiciones musicales que encontró todavía vivas en la abundante población
morisca de los campos bajo andaluces.
Es innegable la influencia árabe con el flamenco por ello era
clara la fusión de flamenco árabe basándose en la historia y en la realidad de
dos pueblos, con amplios conocimientos de ambas danzas y con la inquietud
innovadora de un estilo que nace en su interior
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